ELENA DE PUQUIO
Esta es la historia de
Elena, una joven muy bella, hija de unos humildes y ancianos pastores. La joven
iba a pastar a sus carneros todos los días por las alturas de Vinchos, ahí
había un puquial en el que Elena siempre peinaba su larga cabellera.
Cierto día, como era de
costumbre, la joven salió de su estancia a pastear sus ovejas, la oscura noche
llegó, pero Elena no regresaba. Preocupados sus padres fueron en su búsqueda,
pero jamás la encontraron, solo quedo de ella el peine con un poco de cabello.
Se dice que en las noches de
luna llena, la joven Elena canta y se paina en las orillas de aquel manantial;
de ahí el nombre de aquel manantial “Elena de puquio”.
Fuente: Tríptico RPNYC –
SERNANP
CUMPLEAÑOS DE MAMA SHIÑA
Los pobladores de
Huamanmarca (pueblo incaico) necesitaban el agua, es así que enviaron a un
hombre a sacarla y éste no regresó, enviaron a otro que tampoco volvió a casa,
finalmente enviaron a uno más que nunca se supo nada de él, entonces delegaron
a cinco, quienes al llegar a la pampa divisaron un grupo de mujeres que
bailaban al toque de la flauta de un extraño, en cuya cabeza lucían plumas de
huachua.
Los hombres de Huamanmarca
observaron todo sin acercarse, luego regresaron al pueblo y contaron lo que
habían visto.
Entonces el pueblo decidió
celebrar una fiesta en el mismo lugar (laguna de shiña) tal como habían visto
el primer sábado de mayo, es decir solo debían participar las mujeres solteras,
quienes llevaban cañas de maíz y alimentos y los varones engalanados, pero,
antes se nombró a tres personas que se encargarían de realizar el pago a la
mama shiña en recuerdo de los tres hombres que murieron tratando de sacar el
agua.
Por eso cada primer sábado
de mayo se realiza el pago a la laguna de shiña para que esta provea de agua a
la población de Carania.
Fuente: Tríptico RPNYC – SERNANP
Fuente: Tríptico RPNYC – SERNANP
ACHACARI
Achacari era el dios del
trabajo y de las papas, de los antiguos habitantes de Huantán. Representaba a
un hombre, tallado en una piedra toscamente labrada. Según la creencia del
lugar, Achakari dios tutelar del pueblo, hacía producir abundante cosecha de
papas o castigaba con sequías y ambruna a los habitantes de la región. Por eso,
le rendían culto y veneración, en una especie de adoratorio, construido en el
barrio de Huayllacancha; pampanas de chicha, botellas de alcohol, coca,
cigarrillos, flores y ceras encendidas adornaban y repletaban el adoratorio.
A la llegada de cada año
nuevo, las autoridades y los ancianos del pueblo, entregaban al dios Achakari,
tacllitas de madera y pequeñas lampas, especialmente construídas. Si del nuevo
matrimonio de las familias del lugar, nacía un cholo o hijo varón, el padre con
muestras de respeto, compraba del dios Achakari, una tacllita para su hijo;
contrariamente una lampita, si del matrimonio nacía una ñata o mujercita; los
padres con ceremonias especiales en presencia del ídolo de piedra, se
comprometían enseñar a sus hijos que lleguen a ser hombres de trabajo y buenos
agricultores.
Durante las épocas cosecha,
hombres y mujeres, ancianos y niños, colmaban el adoratorio con regalos,
productos de sus chacras: papas, chorizo, maíz, ocas, habas, ollucos y
duraznos.
Como cuidador de los regalos
y bienes pertenecientes al dios Achakari, vivía en el mismo adoratorio, el
pongo Remigio Velásquez. El viejo pongo, considerado por todos, como intérprete
y viejo augur, después de ofrecer buen ancusho y entablar conversaciones en
secreto con la piedra tutelar, pronosticaba al pueblo, el advenimiento de un
buen o mal año.
Después de muchos años de
orgiástica costumbre, arribaron a Huantán, unos misioneros Franciscanos. Su
pastoral llegaba coincidió con el incendio y saqueo del adoratorio; en medio de
la confusión desapareció el dios Achakari; según unos el ídolo habría sido
arrojado al rio que separa los barrios de Huantán y Chica; otra versión, que
los misioneros visitantes habrían llevado a un museo en Lima, de donde dicen,
se escapó hacia un pueblo de Canta. El Achakari lejos de su tierra lloraba
amargamente, extrañado de sus lanches.
Transcurridos los años,
lejos y olvidados de los huantanenses el Achakari, se resignó a las costumbres
de los habitantes de la provincia de Canta; el 3 de mayo de cada año, celebran
de veneración; por eso, ahora, abundan las papas en los pueblos de Canta.
Fuente: Apuntes
para el folklore de Yauyos – Brigido Varillas Gallardo
los mitos estan muy bonitos yo creo que si
ResponderEliminarivan vivas
es bueno conocer nuestra cultura y mas si te ayudan con las investigaciones esta super la leyenda
ResponderEliminarme encanto la leyenda ps porque esta chevere y te ayuda a conocer y valorar lo nuestro y como yauyina ue se difunda este tipo de informacion me hace sentirme bien
¡felicitaciones a los publicadores de esta interesante nota ! esta super ........!!!!!!!!
judith
la leyenda esta super interesante y me ayudo un monton con mi trabajo
ResponderEliminarme fasino el trabajo de los editores de esta pagina pues es muy educativa para conocer y valorar lo nuestro
FELICITACIONES!!!!!!!!!
YOMIRA
es bueno enterarse de todas las historias de donde convives y son bonitas para contarselo a nuestras generaciones y les recomiendo a todos k se informen de los mitos y leyendas.
ResponderEliminarjampier taboada rodriguez
las leyendas estan bien bacan aaaaaaa
ResponderEliminarme encantaron!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
A MI TAMBIEN :-)
Eliminario no se q desir????
ResponderEliminara mi me parece chévere esta pagina!!!!!
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